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El Neurocoaching aplicado en las organizaciones

Fecha de publicación: 6 de May 2014
Publicado por: IADN Administrador


Por Ing. Virgilio Gómez Treviño, M.A. y M.P.B
Como metodología en el área del desarrollo personal y organizacional, el coaching se apoya de múltiples disciplinas para comprender el comportamiento humano, tales como la Psicología, la Mayéutica, la Ontología y la Programación Neurolingüística, sólo por mencionar unas cuantas. 

Sin embargo, recientemente un nuevo campo se ha añadido a las herramientas que los coaches pueden utilizar, mismo que está enfocado en traer el conocimiento proveniente de las ciencias que estudian el cerebro y la mente como las neurociencias y la psicobiología hacia las áreas del liderazgo, la gestión del cambio, la educación y el coaching por supuesto.

Cuando este conocimiento es modelado y utilizado como una de las principales herramientas del proceso de coaching, estamos hablando del Neurocoaching.

El Neurocoaching integra la información y conocimientos que nos indican cómo funciona el cerebro, junto con la metodología del coaching para crear una herramienta excepcional para el proceso de desarrollo personal y el logro de metas.

Ahora bien, ¿de qué nos sirve toda esta información, en un contexto de desarrollo humano?

Entender cómo funciona el cerebro, puede significar una gran diferencia en la manera como trabajas con las personas, pues te lleva a crear el contexto adecuado para promover el cambio ya sea a nivel personal o profesional.

Cuando hablamos de coaching, liderazgo, marketing, logro de metas y aprendizaje, siempre estamos hablando de cambio de pensamientos, creencias, hábitos, etc. y entender los factores que influyen en dichos cambios a nivel del cerebro, nos ayuda a conocer lo que crea resistencia al mismo y lo que realmente lo favorece.

Por ejemplo, uno de los principios básicos de los que nos habla la neurociencia es que la meta principal del cerebro es conservar energía, ya que tan sólo este órgano consume el 20% de la energía el cuerpo y resulta que el coaching es un proceso altamente demandante en energía ya que enfrentar cambios de paradigma, desarrollar nuevas creencias y nuevos hábitos son experiencias que demandan demasiada energía dado que el cerebro necesita crear muchas nuevas conexiones entre sus redes neuronales y también requiere de filtrar y seleccionar estímulos y eso requiere de mucha densidad de atención. 

De ahí que para el coachee sea todo un reto comenzar este tipo de proceso y de ahí también la importancia de que el coach entienda como el contexto afecta el cerebro y la mente de su coachee, para que pueda ayudarle a co-crear su contexto de manera que pueda obtener los recursos energéticos que necesita para lograr sus objetivos. De este ejemplo vemos una aplicación muy práctica; los hábitos y rituales diarios de un coachee determinarán la demanda diaria de energía que su cerebro tendrá y haciendo pequeños pero importantes cambios en dichos hábitos el coachee puede incrementar la cantidad de recursos energéticos disponibles para su cerebro y tener un mucho mejor rendimiento en el trabajo y en la vida diaria.

Algunas actividades pueden ir desde un cambio de dieta, hacer ejercicio, o dormir más, hasta técnicas más avanzadas como una Pausa Regenerativa Ultradiana, Autohipnosis o una Siesta Empoderante (la famosa Power Nap en inglés).

Otro beneficio que nos brinda la neurociencia es que a través de sus descubrimientos ahora entendemos mucho mejor los elementos que nos llevan a la toma de decisiones y a la resolución de problemas, también nos ayuda a saber cómo mantenernos tranquilos bajo presión y a controlar el estrés. Por ejemplo si un manager supiera que las amenazas reducen la capacidad del cerebro de solucionar problemas, colaborar y tomar decisiones, se la pensaría dos veces al momento de aplicar esa técnica de influencia en su gente.

Veamos otro ejemplo:

¿De qué modo nos afectan las amenazas indirectas de la vida laboral como el estrés crónico, posibles fallas de la operación, información que no llega a tiempo, un reporte con información equivocada o una estrategia que no ha dado los resultados esperados?

Un líder o coach que tenga conocimiento de neurociencias, sabrá que cuando se enfrentan este tipo de situaciones, éstas tienen un efecto específico en el cerebro:

Ante el estrés, se incrementan las funciones motoras (es decir actividades manuales), pero se reduce el campo de visión (es decir te enfocas en el problema, pero dejas de tener un enfoque múltiple que es una de las principales características que busca el coaching ), se reduce la memoria de trabajo (disminuyendo el rendimiento para hacer cálculos y operaciones complejas así como la manipulación de información y tomas de decisiones), se reduce la capacidad de tener insights (efectivamente, para que se den esas revelaciones de creatividad que se dan de modo inconsciente, es necesario un momento de calma), y en general la persona tiende a irse hacia el pesimismo.

Usualmente las personas no saben cómo hacer frente eficientemente al estrés y por ello caen en situaciones de supresión de las emociones negativas, permaneciendo en un estado emocionalmente excitado, lo cual sigue afectando a la memoria de trabajo y las interrelaciones personales.

El coach puede entonces modificar el contexto a través de distintas herramientas como los reencuadres o preguntas poderosas que induzcan cambios cognitivos en el coachee y le lleven a regresar a un estado base de menos excitación, mejor funcionamiento de la memoria y mejores relaciones interpersonales.

Simplemente el proporcionar esta información al coachee puede servir para que éste tome consciencia de cómo el mismo está provocándose un bajo desempeño a nivel biológico y cómo él tiene en sus manos la capacidad de producir un cambio instantáneo que tendrá efectos estupendos en su vida.

El Neurocoaching también ayuda a la organización a entender si está creando el ambiente propicio para que sus empleados tengan un desempeño óptimo y estén emocionalmente comprometidos con el éxito de la institución. 

David Rock, uno de los principales promotores del Neuroliderazgo, utiliza el Modelo SCARF (por sus siglas en inglés  “Status, Certainty, Autonomy, Relatedness, Fairness”) basado en numerosos estudios de neurociencia, para ayudarnos a entender cómo es que los factores de estatus, certidumbre, autonomía, relacionamiento y justicia, activan los mismos circuitos neurales, que se activan con recompensas físicas como el dinero y así mismo activan los mismos circuitos físicos que se activan con las amenazas físicas como el dolor.

De ahí que entendamos cómo es que hacer un reconocimiento público a un empleado, pueda otorgar status, certeza y justicia, lo cual funcionaría como un motivador tan efectivo o más que el mismo dinero y por el contrario una humillación pública o poner en evidencia a alguien frente a su equipo de trabajo pueda ser algo tan doloroso como una herida física.
 
Entender cómo funciona el cerebro es en definitiva una herramienta más que todo coach puede utilizar para soportar sus intervenciones ya que provee conocimiento real, basado en evidencia física sustentable, de lo que sucede dentro de una persona y de esta manera el coach puede definir la manera más efectiva de intervenir el comportamiento de su cliente.
Como metodología en el área del desarrollo personal y organizacional, el coaching se apoya de múltiples disciplinas para comprender el comportamiento humano, tales como la Psicología, la Mayéutica, la Ontología y la Programación Neurolingüística, sólo por mencionar unas cuantas.